México y los países BRIC
El termino BRIC hecho por Goldman Sachs para denominar a economías que en unos años tendrán el poderío de la economía mundial, superando el PIB de las economías que actualmente se encuentran hasta arriba de la lista, fue hecho en base a una serie de características que Brasil, Rusia, India y China que les resultaba favorecedor para continuar creciendo económicamente.
Se trata de países con gran extensión territorial y recursos naturales, que poseen de las poblaciones más importantes del mundo y que, además, han atravesado por procesos exitosos de reformas económicas; tienen tasas de crecimiento económico muy altas y han diversificado sus economías. Son, asimismo, potencias regionales.

México posee similares características que dichos países, como son la gran extensión territorial y los recursos naturales, alta población, y, a comparación de países del viejo continente, fue hace relativamente poco que comenzó a implementar reformas económicas, políticas y sociales que cambiaron significativamente al país.

En el reporte que Goldman Sachs hizo años más tarde, en 2055, concluyó que, tanto México como Corea del Sur poseían características que podrían hacer posible que se agregaran a esta terminología del “BRIC”. Sin embargo, en este reporte las expectativas de crecimiento para México eran mucho mayores de lo que al final se pudieron mostrar años siguientes, decepcionando como país. Una recopilación estadística reciente, basada en información del FMI y del Banco Mundial, muestra que ambos, lejos de escalar, descendieron en el listado mundial de tamaño de las economías entre 2000 y 2010. Corea pasó del duodécimo al décimo quinto puesto, con pérdida de tres posiciones, y México se derrumbó del décimo al decimocuarto, con caída de cuatro escalones, la mayor entre las grandes economías salvo la de Argentina.

Mucho del problema en la falta de crecimiento económico en términos del PIB en México se debe a la mala imagen en el extranjero que ha generado la guerra contra el narcotráfico que disminuye el PIB, ya que este tipo de actividades, aunque cuentan con fortunas, no se contabiliza en el PIB, de igual forma que el dato alarmante en el que seis de cada diez empleos nuevos en México son derivados del mercado informal, mercado que tampoco se contabiliza en el PIB.

Creo que estos dos factores, junto con la falta de políticas sociales y laborales correspondientes, son los que limitan a México para continuar con una expansión acelerada que debería de compartir a tasas del 5% o más, como las que tienen los BRIC’s en la actualidad.

Aun así, México ya es considerado un país que, por sus características, aun cuando no esté formalmente dentro del grupo, posee mayor peso en la economía mundial y comienza a compararse con economías como la de Brasil y Rusia.

Existen muchas ventajas de ser uno de estos países que, dejaron de ser economías emergentes para pasar a ser economías fuertes y consolidadas (según el estudio que Goldman Sachs público en 2005).
Primero es poder tener mayor influencia en las decisiones que se toman a nivel mundial. Sería remarcable que México pudiera entrar de manera formal a las economías BRIC, como se habla aun en términos más de características, pero no de acuerdos, ya que ahora los ojos del mundo, ante la crisis de la Eurozona miran hacia estas economías para fortalecer sus inversiones, para buscar mano de obra, recursos naturales, poderío de decisión.

En las cumbres donde se reúnen jefes de Estado de todo el mundo, se han creado foros complementarios como el Foro de Negocios de los BRICS y el Mecanismo de Cooperación Bancaria de los BRICS, del cual México se podría ver sumamente beneficiado.

Otra ventaja sería que dichos vínculos políticos y económicos podrían ayudar a diversificar el comercio exterior; finalmente, aunque estos países no son del todo exportadores netos de capitales, sí poseen tecnologías que podrían resultan muy útiles para México, de profundizarse aún más sus relaciones con ellos; por ejemplo, la técnica brasileña para la explotación de hidrocarburos en aguas profundas de Petrobras o capitales de las petroleras chinas, así como productos farmacéuticos de India y Brasil; de fortalecer sus relaciones con estas potencias emergentes, México podría ingresar en mecanismos de cooperación Sur-Sur, como el IBSA, y beneficiarse de tecnología de telecomunicaciones y transportes de la Federación Rusa. Finalmente, se fomentaría la cooperación científica, tecnológica y energética.

Incluir a México en el grupo equivaldría a enviar un mensaje de éxito y estabilidad macroeconómicos a los inversionistas extranjeros. Formar parte de una categoría de países emergentes sería una señal muy favorable para los mercados financieros internacionales y también desde el punto de vista de las empresas; de nuevo, no es que México sea menos competitivo intrínsecamente que los BRICS; se trata, más bien, de la visibilidad adquirida por parte del grupo.

México es el país que más fácilmente podría integrarse al BRICS, pues posee capacidades económicas, geográficas y demográficas mucho mayores a las de Sudáfrica, por ejemplo, y aunque es menos desarrollado tecnológicamente y en recursos humanos que Corea del Sur, sus dimensiones son más cercanas a las de Brasil, Rusia, India y China, por lo que tampoco Indonesia, Turquía, Arabia Saudita o Malasia se comparan en tamaño del PIB, población o extensión territorial a México.