Madres y padres con orientaciones sexuales diversas

La denominada "sociedad moderna" en la que vivimos hoy en día nos exige enfrentarnos a retos cada vez más grandes con el fin de conseguir las metas que nos proponemos. Pero, vale la pena destacar, que para algunas personas los desafíos son mucho más grandes que para otras debido a las barreras que interpone la sociedad; este es el caso de las parejas homosexuales en su continúa lucha por el reconocimiento de sus derechos bajo la premisa de que todas las personas somos iguales. Ha sido un camino largo y complicado que les trae cada día más obstáculos, pero ante el cual no han cedido ni un centímetro.

Este texto se enfocará en tratar el polémico tema de la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo en su proceso de conformación de una familia. Para esto, se dejarán a un lado las predisposiciones a las que nos ha acostumbrado la sociedad y se tomará como base información científica, más específicamente, un libro de estudio realizado por la Universidad de los Andes en el cual se abarca el tema desde una perspectiva totalmente objetiva y basada en casos reales. Luego de realizar un recuento de los temas expuestos, no sólo en el libro sino en la conferencia conducida por sus autoras, podremos exponer las conclusiones a las que han llevado los estudios y de esta forma dar algunas conjeturas sobre lo que es la situación actual de las familias de padres o madres del mismo sexo y los retos que se ven venir.

El estudio en el que se basan todos los planteamientos del libro Experiencias Familiares de madres y padres con orientaciones sexuales diversas (Vargas, 2011) consistió en un grupo de 6 personas que iniciaron su vida de pareja en una relación heterosexual pero que, posteriormente, reconocieron su orientación sexual homosexual o bisexual. La finalidad de dicho trabajo es convertirse en un medio que favorezca una transformación cultural y rompa algunos mitos que han surgido respecto al tema (Vargas, 2011).

Al inicio de la conferencia, K. Ripoll (comunicación directa, 14 de agosto, 2013) plantea que ser padre o madre es probablemente una de las “tareas” más difíciles a las que puede enfrentarse una persona durante su ciclo de vida; esta etapa trae consigo nuevos retos que implican responsabilidad, gastos, tiempo, dedicación y un sinfín de desafíos que se traducen en: un cambio del estilo de vida. La sociedad tradicional ha querido creer que para afrontar esto es necesario que la familia esté compuesta únicamente por un hombre y una mujer (padres) pues se ha juzgado a los homosexuales de no tener las habilidades necesarias para formar una familia ejemplar. Lo anterior viene acompañado de una estigmatización a los que son los roles del padre, quien es el que sale a trabajar y da un soporte económico, y de la madre, quien se queda en casa cuidando a los hijos.

Posteriormente, K. Ripoll (comunicación directa, 14 de agosto, 2013) expone que los múltiples cambios sociales, culturales y económicos que se han sufrido durante los últimos años permiten concebir la palabra “familia” de una manera distinta. Hoy en día se empieza a aceptar que el núcleo familiar puede estar constituido de diversas formas: madres solteras, familias de segunda unión o papás del mismo sexo. Para hablar de este último tipo de estructura familiar (homosexual) se hace necesario diferenciar 3 aspectos de la identidad sexual de una persona: sexo, género y orientación sexual. El sexo hace referencia a las características fisiológicas y anatómicas con las que nace una persona, el género es una categoría social en la que se determinan los patrones de comportamiento de hombres y mujeres, y la orientación sexual corresponde con el sexo que prioritariamente genera atracción sexual y emocional.

El primer paso para las personas con orientación sexual homosexual y bisexual consiste en auto reconocer su condición, lo cual en algunas ocasiones requiere de ayuda profesional. Una vez realizado este proceso, deberán estar preparados para “salir del closet” y no solo enfrentar a una sociedad en su mayoría homofóbica sino a su pareja heterosexual (en caso que la tengan). Aunque no siempre esto trae como consecuencia el divorcio, si puede traer problemas en la crianza de los hijos y requiere un replanteamiento de las expectativas y normas de convivencia (Vargas, 2011).

Continuando con la conferencia, S. Carrillo (comunicación directa, 14 de agosto, 2013) presenta que una vez conformadas las nuevas relaciones de las personas homosexuales, se pueden destacar algunas diferencias y similitudes entre los dos tipos de pareja. Entre las similitudes se encuentran: los motivos que conllevan a las peleas, la estructura de la relación y las tácticas que crean para realizar y dividir las diferentes labores a realizar. Las diferencias se evidencian en las expectativas en torno a la relación, la autonomía de las personas homosexuales en la toma de decisiones, una mayor independencia y presencia de menos barreras para disolver la relación. En lo que respecta al manejo de conflictos, las parejas homosexuales inician las peleas con mejor actitud ante la situación, ejercen menos presión de dominio sobre la otra persona y tratan el problema con emociones más positivas.

De forma seguida, K. Ripoll (comunicación directa, 14 de agosto, 2013) complementa que los retos a los que se enfrenta una pareja que ha decidido mantener una relación homosexual son innumerables: prejuicios a la orientación sexual en las familias y en la sociedad, creencias infundadas, falta de límites establecidos para este tipo de uniones son solo algunos de estos desafíos. Y aunque este tipo de parejas parezcan inmunes ante la sociedad homofóbica en la que tienen que vivir, las creencias de que son relaciones inestables y que no hay compromiso genera sentimientos de frustración y auto rechazo que pueden desencadenar en dificultades al comienzo de la unión.

Ante todo este tipo de problemas a los que se deben enfrentar las parejas homosexuales y bisexuales ha surgido una luz de ayuda y soporte: las redes sociales. Se han creado organizaciones y grupos de apoyo que disponen información, servicios y profesionales para la ayuda de personas con este tipo de orientación sexual buscando brindar soporte en el proceso de aceptación. El internet juega un papel fundamental pues constituye uno de los recursos más usados para crear grupos de solidaridad y ayuda, así como espacios para encuentros de padres homosexuales o bisexuales (Vargas, 2011).

En torno al papel que desempeñan los padres o madres LGB, K. Ripoll (comunicación directa, 14 de agosto, 2013) plantea que han surgido una serie de mitos que afectan la constitución de este tipo de estructuras familiares: “los hijos necesitan una madre y un padre, los hombres son menos aptos para cuidar a los hijos, las personas LGB son anti-familia, los padres y madres LGB utilizan estilos parentales inadecuados, los hijos de estas familias tienen más probabilidad de ser homosexuales y tienen problemas de identidad y autoestima”. Sobre estas creencias sin fundamentos, la literatura científica que se ha dedicado a estudiar el tema refuta: “una familia tradicional no es siempre una familia ideal; las personas LGB desean convertirse en padres, los padres o madres del mismo sexo son comprometidos, responsables, preocupados; los estilos parentales son similares a los de las familias con padres heterosexuales; el estilo de crianza depende de la persona y no se su orientación sexual; los hijos de parejas del mismo sexo son más independientes, se llevan bien con la sociedad, son más tolerantes, no tienen baja autoestima y tienen buen desempeño académico”.

Una vez hemos realizado un recuento sobre el tema de las parejas homosexuales y especialmente la conformación de familias con padres o madres del mismo sexo, podemos presentar algunas conclusiones del tema. K. Ripoll (comunicación directa, 14 de agosto, 2013) concluye que en primer lugar se hace evidente que aún falta realizar muchos estudios en torno a la estructura y dinámica de las familias no convencionales pues la mayoría de las investigaciones actuales, que se hacen en torno a la familia, referencian parejas heterosexuales. En segundo lugar, en lo que respecta al niño que crece en una familia de pareja homosexual, se puede concluir que la paternidad no determina la orientación sexual y que el menor puede encontrar en sus padres o madres todo el apoyo y calidez que necesita para ser feliz. Finalmente, resultaría erróneo afirmar que las familias no convencionales no se enfrentan a ningún tipo de problemas como núcleo familiar, lo que se hace preciso resaltar es que son los mismos problemas a los que se enfrenta una pareja y un niño criado en una familia convencional, su condición de “no tradicional” no los hace más vulnerables a discriminación.

Como se mencionó al inicio del texto, la finalidad del estudio expuesto es fomentar un cambio cultural en la sociedad; esto busca “favorecer que los procesos de toma de decisiones políticas se sustenten en la evidencia y no en las creencias infundadas de quienes tienen a su cargo esa responsabilidad” (Vargas, 2011). El tema va avanzando a pasos agigantados y la perspectiva para las personas homosexuales es positiva: cada día son más los fallos judiciales a favor de sus derechos y mayor la aceptación por parte de la sociedad.

He oído decir muchas veces que “la universidad ahora está llena de gais” o que “está de moda ser gay”, no creo que se trate de una moda o una tendencia social; a mi modo de ver se trata de un proceso de aceptación que ha tenido éxito en los últimos años debido a los cambios sociales. Hoy en día estamos en una sociedad que trabaja continuamente por garantizar la igualdad de los derechos, millones de jóvenes que le lanzan a las calles reclamando equidad, muchas personas que han decidido no quedarse calladas y ante la iniciativa de unos pocos se han dado cuenta que sí es posible generar un impacto y un cambio en la sociedad.

Pero aún falta mucho por hacer, mucho camino que recorrer. Se dice que la libertad de una persona llega hasta donde empieza la del otro, esto es cierto, pero lo que no se dice es que las personas homosexuales al reclamar sus derechos no están afectando ni restringiendo los de nadie, son personas iguales, iguales a aquellos que deciden ser heterosexuales. No se necesita ser gay o lesbiana para defender y respaldar a quienes sí lo son, se trata de una lucha ante una sociedad ignorante que se ha escudado en un tradicionalismo sin fundamentos. El reto a mi modo de ver ahora es para todos: para quienes investigan el tema porque deben dedicarse a analizar todo lo concerniente a las estructuras familiares no convencionales y para la sociedad porque debe continuar un proceso de cambio que se fundamente ahora en los resultados de dichos análisis, los cuales, como lo vimos anteriormente, han arrojado hasta el momento la completa normalidad de una pareja y familia homosexual.

La sociedad vive en un proceso de cambio continuo ante el cual la resistencia de adaptación de las personas en algún momento tiene que ceder, esto lo evidencia la historia. ¿Será que hace algunos años los hombres se imaginaban que las mujeres tendrían derecho al voto?, ¿Será que hace algunos años los hombres se imaginaban que una mujer estaría sentada a su lado en un salón de clase o que incluso llegaría a ser su jefe? Como lo sabemos, la respuesta es negativa. Esto simplemente reafirma que esta lucha no es más que una etapa en la evolución de la sociedad y que si todo se hace de manera correcta muy pronto las personas homosexuales cumplirán su deseo: tener los mismos derechos.

Bibliografía * Vargas, Elvia et al (2011). Experiencias familiares de madres y padres con orientaciones sexuales diversas. Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia.