El rol de la ética en las profesiones del siglo XXI

La ética de los negocios es una ética aplicada. Es el uso de lo que entendemos como bueno y correcto, dentro de esa diversidad de instituciones, tecnologías, actividades y ocupaciones que llamamos “negocios”. Una exposición sobre ética en los negocios debe comenzar proponiendo un marco de principios básicos con el fin de entender qué se quiere decir con los términos “bueno” y “correcto”; sólo entonces podremos proceder a debatir con provecho acerca de las implicaciones que tales conceptos tienen en nuestro mundo de las profesiones.
Por consiguiente, presentare un ensayo, donde trata de esclarecer los asuntos éticos que enfrentan los profesionistas de las organizaciones del siglo XXI en los negocios; ello no significa que pretenda dar consejo moral a la gente en los negocios, ni que pretenda persuadirla de actuar de ciertas maneras morales.
El mayor propósito del ensayo es proporcionar un conocimiento más a fondo de la naturaleza de los principios y conceptos éticos y un entendimiento de cómo se aplican éstos, a los dilemas éticos que se presentan en las profesiones. Pues este tipo de conocimiento y entendimiento puede ayudar a los profesionistas a ver más claramente su camino a través de incertidumbres éticas a las que se enfrentan en su vida en el medio de los negocios actualmente.
De este modo no hay mejor camino para iniciar el ensayo sobre el rol de la ética en las profesiones, que considerar la descripción de un dilema ético que tienen que enfrentar los profesionistas, en este caso, un Licenciado en Administración llamado Jorge que tiene el cargo de Gerente de Ventas, de una importante empresa de alta tecnología “ABC” en un sector competitivo, se le presenta la siguiente situación. Las ventas andaban flojas desde hacía casi seis meses y su jefe inmediato de Jorge lo acosaba constantemente en demanda de mejores resultados, hasta el punto de que si no mejoraba para el siguiente bimestre, su empleo podría estar en juego. Jorge llevaba un mes buscando a un experto vendedor que añadir a su equipo, hasta que en un día de suerte, cuando Jorge lo vio entrar con paso seguro a su despacho, comprendió que aquel hombre llamado Gerardo era la persona que necesitaba. Su historial de ventas era extraordinario y conocía la industria muy bien. Por si fuera poco acababa de dejar, tras seis años de éxitos ininterrumpidos, un puesto de responsabilidad en la empresa que era su principal competidora.
Durante la entrevista Jorge se dio cuenta de que aquel vendedor estaba muy por encima de todos los candidatos que había entrevistado hasta aquel momento. Ya casi había decidido contratarle a reserva de hacer una o dos llamadas telefónicas para comprobar sus referencias, por lo que cuando Gerardo se dio cuenta de que él iba a ser el elegido le sonrió a Jorge, tomó su cartera de documentos y extrajo un pequeño sobre cuadrado del que sacó un disco de computadora, preguntándole si sabía que contenía el disco. Jorge sacudió la cabeza contestando que no sabía de qué se trataba, y sin dejar de sonreír Gerardo, le explicó que el disco contenía una enorme cantidad de información confidencial sobre su principal competidor y antiguo patrón de él, incluyendo los perfiles de todos los clientes y los costos de un importante contrato de defensa por el cual competía también la empresa “ABC”. Al cerrar la entrevista, Gerardo le prometió a Jorge que, en caso de que lo contratara, le facilitaría el disco y otros muchos datos de interés.
Cuando abandonó el despacho, Jorge tuvo dos reacciones inmediatas ante ese hecho. La primera fue de cólera. ¿Cómo podría hacer aquel hombre semejante cosa? Jorge sabía que su proposición no estaba bien, y por eso aquel individuo no era la clase de persona que él necesitaba en su equipo. Y su segunda reacción no fue tan rápida ni tan emocional, lo hizo comprender que no podía rechazar el ofrecimiento sin pensarlo más, cuando más pensaba en ello, más se daba cuenta de que aquel hombre le ofrecía a él y a su empresa prácticamente una mina de oro. Pues en caso de que lo contratara, no sólo conseguiría el gigantesco contrato de defensa sino también otras muchas cuentas importantes que Jorge intentaba captar desde hacía tres años. Lo tenía todo al alcance de la mano y comprendió de qué se trataba de una oportunidad de esas que sólo se presentan una vez en la vida. Y no podía dejarla escapar.
Por otro lado uno de sus hijos de Jorge ya estaba en la universidad, otros dos no tardarían en seguir su ejemplo, por lo que su esposa y él pasaban ciertos apuros económicos. Sin un ascenso, la situación no tendría más remedio que empeorar. Aquella contratación era la mejor ocasión para un ascenso porque el vicepresidente ejecutivo para ventas estaba a punto de jubilarse y su jefe pasaría a otro cargo de mayor responsabilidad.
Su sustitución era el tema de los más intensos rumores que jamás hubieran circulado en su empresa desde su incorporación a ella. Dado el escaso volumen de ventas de su división, Jorge pensó que no tendría la menor oportunidad de ser elegido, pero eso fue antes de su entrevista con el vendedor de la otra empresa, pres sería el mejor momento para conseguir un nuevo contrato de importancia.
En ese momento Jorge comprendió que se encontraba atrapado entre dos reacciones de cólera e interés, y decidió comentarle la situación a uno de los gerentes más antiguos de la empresa, que había sido su mentor desde su incorporación a la compañía, hacía doce años. Por lo que tras referirle toda la historia, le sorprendió la brevedad de su respuesta. Ya que el gerente le dijo que contratara a Gerardo antes de que otros lo hicieran, le mencionó de que está de acuerdo de que es un riesgo, pero que en este medio todos tratan de conseguir información fidedigna sobre la competencia utilizando cualquier método a su alcance y que la empresa iba a perder un ángulo competitivo si no se decidía rápido.
Mientras se dirigía a su despacho Jorge tropezó con su principal colaboradora, una inteligente y decidida diplomada en administración de empresas, la cual lo vio preocupado y le preguntó si ocurría algo, por lo que le pidió que lo acompañara a su despacho y, una vez allí, Jorge le explicó toda la historia, por lo que su respuesta fue exactamente contraria a la de su mentor.
La Licenciada le aconsejó que lo pensara bien, porque él respaldaría su proceder si lo contratara y que por si fuera poco, nunca sabría en qué momento podría Gerardo robarles a ellos también y vender los datos al mejor postor. Además añadió, de que si alguna vez se divulgara que Jorge lo contrató sabiendo que había robado información confidencial, el asunto podría estallar y ser un descrédito para su empresa.
Por lo tanto, cuando su colaboradora se fue, Jorge se quedó sentado en su despacho, pensando que sus dos amigos, lejos de ayudarlo, le habían complicado la decisión. No sabía qué hacer, si contratar a Gerardo o decirle: "Muchas gracias, pero no".
Aquella noche, la decisión lo obligó a practicar una difícil gimnasia mental. Sabía Jorge en su fuero interno que el comportamiento de aquel hombre no era correcto y también que a veces hace falta mucho valor para defender lo que es justo. Pero, al mismo tiempo, no quería pecar de ingenuo. Puesto que otros lo hacían, los competidores se hubieran lanzado como fieras ante la oportunidad de conseguir de un solo tiro un vendedor de talento y una información confidencial fidedigna, por lo que también pensaba que tal vez debería contratarlo.
Jorge no sabía a cuál otra persona pedir consejo. Su jefe se encontraba en la sede central de Chicago y todo lo que salía de su boca o de sus comunicaciones por correo tenía que ver con el incremento de las ventas. El vicepresidente de su división iba a retirarse y ya no se ocupaba demasiado de los asuntos de la empresa. Y el presidente era casi un desconocido para él; raras veces lo veía y no sabía nada sobre sus puntos de vista acerca de la ética empresarial. Por lo tanto, la decisión sólo dependía de él mismo.
De este modo, lo anterior es una situación de problema ético clara que se enfrenta un profesionista, debido a que es un dilema complejo en donde hay que realizar elecciones difíciles entre intereses de conflicto.
Por consiguiente, se planteó una situación posible en el ámbito de la realidad profesional pero conflictiva a nivel moral, en donde se solicita una solución razonada del conflicto o un análisis de la solución elegida por el sujeto protagonista de la historia. En donde por regla general la situación se presentó como una elección disyuntiva, en la cual Jorge se encuentra ante una decisión ante la cual sólo existen opciones como soluciones igualmente factibles y defendibles. Jorge se encuentra, pues, ante una verdadera e inevitable situación conflictiva, en la cual se presenta muchos cuestionamientos antes de su elección.
Ya que en este caso, Jorge tiene que elegir entre tres alternativas de acción la cual todas lo llevan a un resultado negativo. La primera opción sería que Jorge contratara a Gerardo y utilice la información confidencial con tal de poder tener en un corto plazo un beneficio de que sus ventas mejoren y que lo asciendan para así poder mejorar sus ingresos económicos familiares y poderles brindar a sus hijos una buena educación. Pero con el riesgo de que tarde o temprano si a Gerardo se le ocurre robarle también información de la empresa “ABC” y sus jefes a su vez se enteran de que Jorge utilizó información robada y desleal en beneficio de la empresa y que ahora ellos están en desventaja competitiva por lo mismo, el problema será más grande debido a que Jorge ya tenía conocimiento del tipo de persona que era Gerardo y las consecuencias para él serían peores pues perdería su empleo y tendría a la vez una imagen de desconfianza por parte de su misma empresa y de otras empresas. El cuál le afectaría gravemente en su economía familiar.
La segunda opción sería que Jorge aceptara contratar a Gerardo con la condición de que se reservara la información robada y no la utilizara en la empresa, pues su experiencia que él tenía era muy buena y sus conocimientos podían ser de gran utilidad siempre y cuando conservara la confidencialidad de su antigua empresa. Sin embargo, esta opción podría ser riesgosa, debido a que Jorge tendrá la inquietud de que si podrá confiarle a Gerardo la información de su empresa y de que éste respete el trato, pues debido al tipo de conducta e historial de Gerardo lo más seguro es que seguirá actuando de la misma forma y al rato le ocasionará a Jorge mayores problemas a él y a la empresa, además de la pérdida de su empleo, sólo por querer salir beneficiado en un corto tiempo.
Y por otro lado la última opción sería que Jorge eligiera no contratar a Gerardo, a pesar de que las ventas de su división seguirán bajando y él tendría que buscar rápidamente a otra persona que lo apoyara y le ayudara a mejorar sus resultados en poco tiempo, pues si no lo hace para el siguiente bimestre podría perder su empleo y las consecuencias económicas familiares serán peores. Por lo que Jorge, tendría que apurarse y encontrar la manera de aumentar las ventas de la empresa, hablar con su Jefes y explicarles sobre la situación que se le presentó con el fin de que le den la oportunidad y más tiempo de poder mejorar las ventas de forma honesta, para poder seguir manteniendo su empleo y apoyando a sus hijos con su educación.
Así, esta última posible acción es la que resulta más viable y la que tiene mayor relación de acuerdo a una de las metodologías para los dilemas éticos, debido a que a pesar de que Jorge tiene obligaciones tanto con su empresa de elevar y mejorar las ventas para no perder su trabajo, también tiene mayor obligación con su familia de manera económica y a su vez en la educación de sus hijos; por lo que los ideales de Jorge se puede decir que desde el principio le decía que el comportamiento de Gerardo no estaba bien, pues este hombre había robado y que sí él lo contrata, sería como si justificara su conducta inmoral, además de que le remordería la conciencia constantemente porque haría algo que él sabe que está mal con tal de mejorar su carrera a corto plazo.
De este modo como mencioné anteriormente, los efectos resultan ser para todas las opciones negativas de cierta manera, sin embargo, para esta última, en un principio podría serlo, pero comunicándose con su jefe inmediato y explicándole la verdad de la situación que se le presentó, lo más seguro es que lo entendiera y le diera una segunda oportunidad en agradecimiento de su honestidad, ética y lealtad hacia su empresa, pues como Gerente de Ventas tiene que poner el ejemplo a sus colaboradores, y así alcanzaría los objetivos de su profesión, económicos y al mismo tiendo haciendo lo que es justo.
Por lo tanto, se demostró mediante el dilema que aunque la ética puede ser la mejor política, el curso ético de la acción no siempre está claro, tal y como en el caso de Jorge en donde se sentía confundido al no saber qué decisión tomar. Sin embargo, el fin de este ensayo fue ayudar al profesionista a manejar esta falta de claridad, pues aunque muchos dilemas éticos continúan siendo difíciles y oscuros, incluso después de un estudio profundo, adquirir un mejor entendimiento de la ética ayuda al profesionista a enfrentar las incertidumbres éticas de manera más adecuada y más informada. Hoy en día, la importancia que juega el rol de la ética en las profesiones del siglo XXI es útil para hacerles comprender a los próximos profesionistas que tienen la obligación de hacer lo que es correcto no sólo por el bien de la empresa o de su propio negocio, sino también por el de las personas que están a sus órdenes y que ven en ellos un ejemplo que se puede seguir, ya que son una influencia significativa entre las personas que las rodean. Pues desafortunadamente en el mundo laboral en la que nos encontramos, cada vez más estamos envueltos en un conjunto de intereses personales en donde lo único que nos interesa es el bienestar propio sin importarnos en el bien común y lo que es socialmente correcto, olvidándonos de que existe una ética que está directamente relacionada con nuestra toma decisiones, con el propósito de orientarnos hacia la toma de decisión correcta. Así concluyo, que los profesionistas pueden obtener una perspectiva clara de sus propias motivaciones y acciones al distinguirlas de las de otros. Esta perspectiva puede ser útil para guiar su propio proceso de toma de decisiones. Y que además una meta clara del rol de la ética en las profesiones consiste primordialmente en argumentar para nosotros mismos y para los demás las razones que tenemos para justificar una acción determinada, para así ayudarlos a actuar en formas moralmente responsables.