ENSAYO ¿QUÉ HA SIDO DEL HOMBRE Y LA RAZÓN?

CARLOS ALBERTO HERNÁNDEZ HIGUERA

UNIVERSIDAD EL BOSQUE FACULTAD DE PSICOLOGÍA PENSAMIENTO CONTEMPORÁNEO Bogotá D.C., Septiembre de 2014

¿Qué ha sido del hombre y la razón?

Hay un antiguo dicho que afirma quienes no aprenden de su pasado están condenados a repetirlo. Una frase de la que desconozco su origen pero que siempre me ha llamado la atención, porque si miramos la historia de la humanidad podríamos decir que esta ha sido la realidad del hombre por mucho tiempo, que en muchos sentidos la progresión de nuestra historia se asemeja a un bucle; aunque claro está que muchos dirán que tal afirmación no es verdad, porque si aquélla fuera cierta dónde quedarían todos los avances científicos, tecnológicos, industriales, arquitectónicos, económicos, artísticos, entre otros, que hemos visto a través del desarrollo de la especie humana. Por supuesto, nada de esto se puede negar, pero si nos remitimos exclusivamente a la razón, al comportamiento, a las acciones que desencadena nuestro pensamiento racional, lo planteado comienza a cobrar sentido. Para analizar esto con algo más de detalle, podemos abordar los tres últimos siglos, por medio de figuras históricas como Immanuel Kant, Friedrich Engels, Karl Marx y Hannah Arendt. De tal manera, en el siglo XVIII Kant en su texto “Respuesta a la pregunta ¿qué es la ilustración?”, expresa la necesidad del hombre de salir de la minoría de edad, la cual se puede entender como la falta de capacidad del hombre para razonar por sí mismo, dependiendo de otros (como el Estado) para tomar sus decisiones; incapacidad que se origina porque es más cómodo y fácil permanecer en la ignorancia y dejar que sea otro el que decida el rumbo de nuestras acciones, que esforzarnos para pensar por nosotros mismos, que tener el valor para trabajar duro por la libertad, por la libertad para pensar, para crear, para innovar, para opinar, para analizar, para protestar, para crecer, madurar y evolucionar; pero, a pesar del temor del hombre por alcanzar la mayoría de edad, la naturaleza del ser humano lo impulsa a usar y desarrollar su razón y entendimiento, de aquí como bien afirma Kant “vivimos en una época de ilustración”.

Por tanto, entre el siglo XVIII y XIX surge la revolución industrial, una de las máximas expresiones del pensamiento racional y científico en la historia de la humanidad, pero de la que se podría decir tuvo dos facetas. Por una parte, esta manifestación de la razón, de libertad intelectual, trae consigo adelantos técnico científicos, el progreso de la economía, de los medios de transporte, de la agricultura, entre otros, trayendo consigo beneficios para la humanidad como una mayor expectativa de vida gracias a mejores condiciones alimenticias y de salubridad, por lo que la baja mortalidad propició un incremento significativo de la población, se desarrollan además sistemas de producción más eficientes y surgen grandes empresas, con lo que se eleva la demanda de mano de obra y se acrecienta la migración de la población hacia las ciudades. Pero por otra parte, surge el capitalismo que da origen al proletariado y la burguesía, donde la clase obrera se ve sometida a la explotación de los burgueses, quienes buscan incrementar sus riquezas imponiendo excesivas jornadas laborales con bajos salarios, viéndose los trabajadores y sus familias obligados a vivir bajo condiciones indignas por tan bajos ingresos y pocos recursos. Es así que el hombre por un momento alcanza la mayoría de edad mencionada por Kant, pero al caer bajo el control de este nuevo orden social, regresa a la minoría de edad; sin embargo, la razón que es impulsada por la naturaleza humana, surge inevitablemente, siendo posible mencionar voces como la de Engels y Marx, quienes hacia la mitad del siglo XIX publican el “Manifiesto del Partido Comunista”, protestando contra las pésimas condiciones de trabajo a las que está sometida la clase obrera, incitando al proletariado a superarse por sí mismo, ya que todo hombre tiene derecho a realizarse, pero las condiciones de vida que les ha sido impuesta no se lo permiten, por lo que los invita a levantarse contra la burguesía, a tomar el control y luchar por su libertad, promoviendo, entre otras cosas, la supresión de la propiedad privada y de las clases sociales. Pero a pesar de la difusión de estas ideologías, de la lucha de clases, del surgimiento de gobiernos que aparentemente buscaban la igualdad de clases, se llega el siglo XX y el hombre no ha coronado la mayoría de edad cuando ya se haya de nuevo cayendo en la minoría de edad. De tal manera, en el siglo XX se continúa viendo el magnífico despliegue del pensamiento racional y científico del ser humano a través de innovaciones científicas y

tecnológicas que en décadas anteriores hubieran sido impensables, pero se cae en regímenes políticos que restringen la libertad, permitiendo que un gobierno tenga un poder sin limitaciones, poder que tiende a girar en torno a un único líder, regímenes totalitaristas como lo es el caso del régimen nazi de Hitler o el régimen comunista de Stalin. Y así surgen, en oposición a esa esclavitud de la razón, pensadores e ideólogos como Arendt, filósofa política de Alemania quien se vio perseguida por el régimen nazi debido a su origen judío (entre otros factores), quien es autora de diversos libros en los que hace una crítica directa a este tipo de regímenes, exponiendo como estos gobiernos se encargan de formar al pueblo en masas que son fácilmente manipulables, quitándoles a los individuos su capacidad para pensar por sí mismos. Es de esta forma que, con lo expuesto, se puede apreciar como nos vemos atrapados en un buque interminable en el que caemos en el error de permitir que nos nieguen la libertad de pensamiento, viéndonos dependientes y sometidos, para luego alzarnos por la lucha de nuestra libertad, libertad que luego de obtenerla nos encaminamos de nuevo a esa dependencia que esclaviza y coarta nuestra razón, como si nos autocondenáramos a una interminable minoría de edad. Ahora bien, habrá quienes se preguntarán cuál ha sido el papel de la psicología en todo esto, considerando que es la ciencia que estudia el pensamiento y la razón, ¿acaso ha contribuido a esta aparente inevitable cadena de sucesos o ha gestado acciones que ayuden al hombre a alcanzar su independencia? Una incógnita compleja de responder, pero considerando los momentos históricos a los que se han hecho alusión y que la psicología como ciencia nace a finales del siglo XIX, nos podríamos remitir a algunos de sus pioneros como Walter Scott y Frederick Taylor. Scott fue un psicólogo que entre 1903 y 1908 desarrolló unas publicaciones sobre la aplicación de la psicología en la publicidad, abordando temas como influir sobre los individuos a través de la sugestión y el aumento de la eficiencia del hombre a través de tácticas como la competencia, la lealtad, la imitación, etc., además contribuyó de forma importante en la aplicación de técnicas de personal en el ejército; es así que Scott pudo tener una influencia significativa en la economía de mercado que constituía a la sociedad industrializada de la época, donde, por ejemplo, pudo tener un impacto que favoreció la forma de vida capitalista en la que el hombre valora más lo que posee que así mismo.

De otro lado, Taylor desarrolló hacia 1911 una de las técnicas administrativas más empleada en las industrias conocida popularmente como taylorismo pero formalmente como Organización Científica del Trabajo, con la que pretendió desarrollar una forma óptima de organización del trabajo por medio de la elaboración de un sistema científico y de la aplicación de un mecanismo organizativo, mecanismo que estaba compuesto principalmente por: a) la fragmentación y la especialización de cada una de las tareas; b) la selección del movimiento más rápido para cada operación; c) la normalización de instrumentos y utensilios, así como la de operaciones realizadas en la ejecución de un trabajo determinado; y d) la definición precisa de las tareas que debe realizar cada trabajador, así como de las recompensas y de las sanciones que llevan implícitas. Esto con el objetivo de alcanzar mayores niveles de producción y asimismo poder ofrecerle a los trabajadores mejores salarios. Pero fue por este método que a Taylor se le acusó de pretender explotar a los trabajadores a cambio de un mayor salario, aunque las investigaciones nunca pudieron llegar a término porque estalló la Primera Guerra Mundial y la polémica quedó en el olvido. Por tanto, apreciando los ejemplos expuestos, se podría decir que el papel que jugó la psicología se inclinaba más hacia el desarrollo de la industria y el beneficio de la producción, obedeciendo a la sociedad industrializada de la época y contribuyendo a mantener las condiciones de vida que allí se gestaban, sin embargo, afirmar esto sería hacer un juicio muy apresurado, ya que tan sólo se está abordando a dos representantes de esta disciplina, por lo que para obtener un juicio más objetivo sobre la temática sería necesario hacer un estudio más profundo y detallado, donde además también invitaría al lector curioso a investigar el papel que juega la psicología en la actualidad, ya que en pleno siglo XXI la humanidad aparentemente se encuentra inmersa en una minoría de edad, donde no estamos supeditados precisamente a un gobierno o a un credo, sino que ahora nos vemos dependientes de las nuevas tecnologías, de las redes sociales, de la Internet y demás medios de comunicación, una actualidad en la que a pesar que fácilmente nos encontramos en la cumbre tecnológica, estamos más alejados de la ilustración de lo que nunca antes lo habíamos estado.

Bibliografía

Infestas, A. (2004). Organización científica del trabajo. En Uña, O. y Hernández, A. (Eds.), Diccionario de sociología (pp. 1028). Madrid: Universidad Rey Juan Carlos. Kant, I. (1784). Respuesta a la pregunta ¿qué es la ilustración? Berlinischen Monatsschrift (Boletín Mensual de Berlín). Marx, K. y Engels, F. (1848). Manifiesto del Partido Comunista. Londres. Muchinsky, P. M. (2002). Psicología aplicada al trabajo. México: I.T.P. Latin America. Valdivieso, J. (2011). La condición política moderna según Hannah Arendt, Curso Hannah Arendt, AFIB/UIB.